El 6 de agosto de 1945 fue la primera vez que se utilizó un arma nuclear en una guerra, cuando Estados Unidos detonó una bomba atómica sobre Hiroshima, Japón, matando a decenas de miles de personas, la mayoría civiles. Tres días después, Estados Unidos detonó otra sobre Nagasaki, matando de nuevo a decenas de miles de personas.
Si bien esos fueron los primeros y hasta ahora únicos usos de armas nucleares en una guerra, su producción, despliegue y almacenamiento no han cesado. En la actualidad, se calcula que hay más de 12.121 ojivas o cabezas nucleares en manos de nueve países. Encabezan la lista Rusia y Estados Unidos, con un arsenal combinado de más de 10.600 ojivas.
La Federación de Científicos Estadounidenses (FAS, por sus siglas en inglés) ha advertido que, en lugar de planificar el desarme nuclear, los Estados que poseen armas nucleares parecen planear mantener grandes arsenales en el futuro, ya que todos continúan modernizando sus fuerzas nucleares y se muestran comprometidos a conservarlas para un futuro indefinido.