En toda América, Puerto Rico es el Estado que más se beneficia por el desvío artificial de fondos al exterior. Según los datos del sitio web missingprofits.world – un proyecto conjunto de investigadores de la Universidad de California, Berkeley y la Universidad de Copenhague que analiza 21 territorios americanos – esta isla caribeña atrae la mayor cantidad de ganancias desde jurisdicciones extranjeras, por un total de 38.300 millones de dólares en 2017. Las Islas Caimán se ubican en segundo lugar, territorio que consiguió atraer cerca de 32.900 millones de dólares desviados desde el exterior ese año. Panamá, con 18.100 millones de dólares de ganancias extranjeras recibidas, se convierte en el mayor paraíso fiscal de Latinoamérica, si se excluye la región del Caribe.
Si bien la definición de paraíso fiscal es controvertida, son considerados como tales aquellos países o territorios cuyo régimen tributario impone menores cargas impositivas a las ganancias y, de esta forma, consiguen atraer artificialmente utilidades desde el exterior. La legalidad del desvío de fondos al extranjero varía de acuerdo con el marco regulatorio de cada país. Sin embargo, las economías más productivas del mundo son perjudicadas por esta práctica ya que, al desviar los fondos, muchas empresas consiguen eludir cuantiosas sumas por el pago de impuestos.
En América Latina, Brasil es el país que más pierde por el desvío de fondos al exterior, con casi 20.000 millones de dólares de ganancias transferidas en 2017, sin contar los impuestos que deberían tributar en el territorio brasileño (unos 7.700 millones de dólares). En tanto, se estima que alrededor de 11.000 millones de dólares de utilidades generadas en México fueron trasladadas al exterior ese año, lo que hizo que el Estado mexicano perdiera cerca de 3.300 millones de ingresos impositivos.