La producción de aceite de palma ha aumentado considerablemente en las últimas décadas gracias a su versatilidad y resistencia. No se echa a perder fácilmente y tiene un punto de fusión muy alto, ventajas clave sobre otros aceites vegetales junto con su precio más barato. Esto ha hecho que este aceite esté presente en toda una serie de productos de uso común, como los cosméticos, además de en muchos alimentos.
La producción de este aceite, sin embargo, está teniendo consecuencias devastadoras para el medio ambiente, dado que se cultiva en los bosques tropicales. Esto ha llevado a una deforestación masiva, destruyendo el hábitat de varias especies en peligro de extinción como el orangután o el tigre de Sumatra. También ha tenido un impacto en las regiones rurales de los países que lo producen, donde a pesar de generar ingresos, en algunas también ha comportado abusos laborales generalizados y violaciones de los derechos humanos.
Teniendo en cuenta lo extendido que está el aceite de palma, ¿qué países lo producen? Los datos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos muestran que casi el 85% de la producción mundial de aceite de palma se concentra en sólo dos países, Indonesia y Malasia. En 2019, Indonesia produjo 42,5 millones de toneladas (el 58% de la oferta mundial), mientras que Malasia produjo 19 millones de toneladas (el 26%).