Con el avance de la tecnología y del mundo digital, la ciencia de los datos ha experimentado un auge en la última década. La necesidad de recabar, procesar y almacenar información sobre la población y la economía es una tarea que atañe tanto a organismos públicos como a entidades privadas. Más que nunca, la estadística es una herramienta crucial para identificar y resolver los problemas de la vida diaria de los ciudadanos. No obstante, no todas las naciones cuentan con las mismas capacidades en materia de desarrollo estadístico.
El Banco Mundial, a través del indicador de la capacidad estadística, analiza la capacidad del sistema estadístico de los Estados, evaluando su desempeño en tres áreas: la metodología, las fuentes de datos y la periodicidad y puntualidad. La entidad define la capacidad estadística como “la aptitud de un país para recopilar, analizar y difundir datos de alta calidad sobre su población y su economía”. En la edición de 2020 de este sondeo, Costa Rica fue el país más avanzado en capacidades estadísticas en Latinoamérica, con una puntuación de 91,1 en una escala de 0 a 100. En segundo lugar se ubicó Chile, con 86,7 puntos, seguido de El Salvador, con 82,2.