El mundo afronta desde finales de diciembre la campaña de vacunación más grande de la historia. Aunque son muchos los países que están vacunando contra el coronavirus a su población y ya se han administrado algo más de 1.190 millones de dosis de vacunas contra la COVID-19 en el mundo, se prevé que este proceso de inmunización global se extienda hasta 2023.
En la Unión Europea se están administrando, de momento, cuatro vacunas. El primer antídoto aprobado por la Agencia Europea del Medicamento (EMA) el pasado 21 de diciembre fue el de Pfizer y BioNTech, que es un 95% efectivo en la prevención de la COVID-19. El 6 de enero se autorizó el de Moderna, cuya efectividad contra el virus es del 94,1%, según un artículo de The New York Times. El 29 de enero se autorizó la comercialización de la vacuna de Oxford-AstraZeneca, que es la vacuna más utilizada a nivel mundial, y que alcanza un 76% de eficacia. La vacuna de Johnson & Johnson, que solo requiere de una dosis, demostró una eficacia del 72% en un ensayo clínico en Estados Unidos.
En América Latina, además, se está aplicando la vacuna rusa Sputnik V en países como Argentina, México y Venezuela. El fármaco ruso, desarrollado por el Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya de Moscú, muestra una eficacia del 91,6%. Las vacunas chinas también se han hecho un hueco en la región. Sinopharm, que presenta una eficacia del 79% se aplica en países como Perú, mientras que Sinovac, que en ensayos realizados en Brasil ha revelado una eficacia del 50,7%, se administra en Uruguay y Chile, entre otros.
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