La pandemia de COVID-19 ha tenido repercusiones en casi todos los sectores. Entre los más perjudicados está el de los eventos, que desde marzo de 2020 se encuentra esencialmente paralizado en la mayor parte del mundo. Durante casi un año, la incertidumbre y la preocupación en torno al coronavirus ha llevado a cancelar o posponer un gran número de importantes ferias, festivales, conciertos y eventos deportivos a lo largo y ancho de América Latina.
Tal como lo muestra este gráfico de Statista, el 2021 arrancó con la anulación de varios eventos importantes a través de la región. En Brasil, el emblemático Carnaval de Río de Janeiro, celebrado normalmente en febrero, fue aplazado hasta el 2022, una primicia en más de un siglo de esta celebración. La cancelación del festival no sólo cayó como un baldazo de agua fría para quienes se dedican a la industria de los eventos, sino también para los beneficiados por el turismo. Del mismo modo, Colombia tuvo que renunciar este año a una de sus festividades folclóricas y culturales más destacadas, el Carnaval de Barranquilla, generando millonarias pérdidas en ambos sectores.
Si bien la televisión e internet han procurado llevar a los hogares el mayor número posible de actividades, como se hizo el año pasado con las festividades públicas del Día de los Muertos en México, o más recientemente con los carnavales, muchos eventos se quedaron sin ver la luz durante la emergencia sanitaria.