Blas Cantó defenderá este sábado en la final del Festival de la Canción de Eurovisión 'Voy a quedarme', un tema cantado íntegramente en español. Desde la libertad idiomática fijada en 1999, los países que participan en el evento pueden presentar sus candidaturas en el idioma que deseen, aunque esto no siempre fue así: de 1966 a 1972 y de 1977 a 1998 las canciones debían ser interpretadas en uno de los idiomas oficiales o nacionales de los países participantes.
Desde que la Unión Europea de Radiodifusión fijara la libertad de idioma en Eurovisión en 1999, la mayoría de los países han optado por enviar sus candidaturas, íntegramente o al menos en parte, en inglés. 12 canciones del total de 39 que competirán en esta edición del festival serán interpretadas, al menos parcialmente, en un idioma distinto del inglés, lo que supone un 31% del total de las candidaturas presentadas.
Aunque este año la hegemonía idiomática del inglés en Eurovisión no se haya puesto especialmente en jaque, esto sí ha ocurrido en alguna ocasión. Es el caso de la edición de 2008, que contó con el 51% de las candidaturas en un idioma, al menos en parte, distinto del inglés, según datos de un análisis de las lenguas del festival elaborado y publicado en johnthego.com. ¿Qué animó a que más de la mitad de los países participantes aquel año en el concurso cantaran sus temas en su propia lengua o en bilingüe? Sin duda, el triunfo en la edición anterior de Serbia, con 'Molitva', una composición en serbio. En el festival no se volvió a vivir una situación parecida hasta 2018, cuando, tras la victoria el año anterior de Salvador Sobral con su canción en portugués 'Amar pelos dois', se vivió un repunte de los temas en habla no inglesa. Así, se pasó del 19% de las canciones cantadas parcial o totalmente en un idioma distinto del inglés en 2017 al 33% en 2018.