Los ministros de Finanzas del G7 alcanzaron el pasado sábado un acuerdo histórico sobre el impuesto de sociedades, por el que los siete países se comprometen a aplicar un tipo mínimo del 15% para las grandes empresas. El objetivo de este nuevo modelo global es impedir que las grandes multinacionales y gigantes tecnológicos, como Amazon y Microsoft, deslocalicen su sede a otro país donde tengan un trato fiscal más favorable, además de hacerles pagar sus impuestos en los países donde operan. La OCDE estima que el impuesto mínimo corporativo generará entre 50.000 y 80.000 millones de dólares de ingresos adicionales para los países miembros.
La siguiente infografía utiliza datos de la OCDE para mostrar la tasa (plana o superior) de impuesto a las ganancias de las empresas establecida por el gobierno central en una selección de países. En la actualidad, la tasa de impuestos a la renta de Irlanda es del 12,5%, lo que ha llevado a Google, Facebook y otros gigantes tecnológicos a establecer sus sedes europeas en Dublín. El ministro de Finanzas irlandés, Paschal Donohoe, ya ha señalado que su país perderá 2.000 millones de euros anuales con este nuevo modelo, ya que Irlanda disfruta del tercer impuesto de sociedades más bajo de la UE después de Hungría (9%) y Suiza (8,5%). Por el contrario, Portugal (30%) y Francia (28,4%) tienen una de las tasas más altas y España se queda un poco por debajo con el 25%.