Una de las mayores dificultades a las que se enfrentan las startups latinoamericanas a la hora de escalar su crecimiento es la falta de financiación. Desafortunadamente, los flujos de inversión de capital de riesgo en la región reportan desde hace meses un decrecimiento constante. Después del récord registrado en el segundo trimestre de 2021, cuando dichas inversiones rebasaron los 7.000 millones de dólares estadounidenses, las entradas de capital de riesgo han caído sin parar trimestre tras trimestre.
De acuerdo con los datos del proveedor de soluciones e investigación para empresas privadas, Crunchbase, el volumen de inversiones de capital de riesgo en América Latina en el segundo trimestre de 2023 fue de 400 millones de dólares, una disminución del 84% comparado con el mismo periodo del año anterior. El golpe más drástico se ha sentido en la notable disminución de las inversiones para startups en fase tardía, que en 2021 y 2022 representaban gran parte del capital de riesgo total. En contraste, de abril a junio de 2023 no se reportó ninguna inversión de dicho tipo.
Cabe destacar que 2021 fue un año especial para las startups latinoamericanas, con grandes recaudaciones de fondos por parte de las empresas brasileñas Nuvemshop y Loft, al igual que la colombiana Rappi. Es posible que un evento similar no vuelva a tomar forma pronto, pero todo puede suceder en un ambiente emprendedor latino tan prometedor.