Desde 2016, se han disparado las solicitudes gubernamentales rusas de retirada de contenido remitidas a Google, y que afectan al buscador de Google, a YouTube y a Google Noticias, entre otros productos y servicios de la compañía. Estas solicitudes alcanzaron máximos en 2018 a raíz de la aplicación de leyes cibernéticas más estrictas en Rusia y en 2020/2021 tras el envenenamiento del político Alexey Navalny, opositor de Vladimir Putin.
En el primer semestre de 2021, el último disponible en el Informe de Transparencia de Google, Rusia presentó cerca de 19.000 solicitudes de eliminación de más de 200.000 elementos. Los gobiernos de todo el mundo pueden dirigirse a Google en relación con los elementos que quieren que la empresa elimine de sus muchas plataformas en la web. Los motivos pueden ser desde infracciones de derechos de autor hasta difamación, fraude, incitación al odio o contenido considerado obsceno.
Rusia es, con diferencia, el país con más solicitudes de retirada de contenido remitidas a Google, lo que demuestra que su gobierno aún no ha conseguido dominar del todo la censura en Internet. Los regímenes que ya restringen Internet de forma mucho más rígida, como por ejemplo China e Irán, no presentan muchas solicitudes de eliminación a Google, ya que cuentan con mecanismos de control de Internet centralizados en sus propios países. China, por ejemplo, dispone de El Gran Cortafuegos (Great Firewall en inglés), un proyecto de censura en Internet para impedir que las personas accedan a sitios web extranjeros específicos.