La última década ha sido la del ascenso de la música latina en la industria musical estadounidense. Si bien muchos artistas de origen latinoamericano lograron un lugar en los rankings de Estados Unidos antes de 2010 –por ejemplo, Gloria Estefan, Ricky Martin, Shakira y Daddy Yankee– la ola de la música urbana y el reggaetón hizo que proliferaran cantantes con raíces al sur del Río Bravo en los charts de todo el mundo. El mercado estadounidense es la prueba de fuego y la antesala del éxito global para los cantantes latinos. Si una canción en español es exitosa en EE.UU., es muy probable que se vuelva una sensación a nivel internacional.
En lo que respecta a álbumes vendidos en territorio estadounidense, ningún artista latino se acerca todavía a los casi 11 millones de copias que acumula la fallecida cantante mexicoestadounidense, Selena Quintanilla. Más de siete millones de unidades la separan del segundo cantante latino con el mayor éxito de ventas, conocido como el rey de la bachata, Romeo Santos. Vicente Fernández, la estrella de la ranchera mexicana, se ubica en el tercer lugar, con 3,6 millones de álbumes vendidos, según la Asociación de la Industria Discográfica Estadounidense (RIAA, por sus siglas en inglés).
En épocas del auge de la música digital, no sólo se tienen en cuenta las ventas físicas. La RIAA también realiza un seguimiento de las ventas y reproducciones digitales, de tal forma que un álbum vendido equivale a 1.500 streams de audio o video y a diez canciones vendidas a través de plataformas de streaming. Es así como cantantes contemporáneos como Bad Bunny u Ozuna ya lograron consagrarse en este ranking de los artistas latinos con el mayor éxito de ventas en Estados Unidos.