La renuncia silenciosa o “quiet quitting” es una actitud laboral que es tendencia en redes sociales e implica hacer lo justo e indispensable en el trabajo y el mínimo esfuerzo para no ser despedido. Algunos especialistas señalan que es una forma de afrontar el estrés y el agotamiento cuando no se está conforme y renunciar no es una opción o no se encuentran alternativas atractivas.
Según datos de la Encuesta Global de Actitudes de Beneficios - América Latina, realizada por la consultora WTW entre fines de 2021 y principios de 2022, un 56% de los empleados latinoamericanos consultados planea quedarse en su empleo actual y no cambiaría de trabajo si pudiera, frente a un 45% que está abierto a nuevas propuestas o planea marcharse. Los principales motivos que encuentra este segundo grupo para buscar nuevos rumbos son el salario (un 59%), avanzar en la carrera (40%) y obtener seguridad en el empleo (38%).
De acuerdo con el estudio, los trabajadores que están abiertos a ofertas son más propensos a sentir agotamiento (un 63%) y experimentar ansiedad o depresión (un 57%). Los empleados con problemas de bienestar están menos comprometidos, pierden más días de trabajo y se sienten más cansados.
A principios del 2022 la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció el síndrome de burnout o “síndrome de desgaste ocupacional” como padecimiento profesional, incluyéndolo entre los problemas principales de salud mental en su Clasificación Internacional de Enfermedades. Algunos de los síntomas del estrés laboral crónico pueden ser: agotamiento físico y mental, falta de concentración, dolores de cabeza, sentimiento de frustración y problemas de comunicación con los jefes o compañeros.
Este artículo de Statista propone estrategias para evitar el burnout.