Se estima que 1.052 millones de toneladas de alimentos acabaron en los contenedores de basura de hogares, minoristas, restaurantes y otros servicios alimentarios de todo el mundo en 2022, según el Índice de desperdicio de alimentos 2024, publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
La mayor parte de este desperdicio proviene de los hogares, ya que 631 millones de toneladas, es decir, el 60% sobre el total de alimentos desechados, corresponden a la categoría de residuos domésticos. Los servicios de alimentación también son culpables de desechar cantidades significativas de alimentos, en concreto, 290 millones de toneladas al año, mientras que el informe calcula que los establecimientos minoristas son responsables del desperdicio de 131 millones de toneladas.
El PNUMA apunta que el desperdicio de alimentos es un problema mundial "de enorme importancia". Se calcula que cada año se desperdician alimentos por un valor de más de un billón de dólares, lo que representa más de un tercio de todos los alimentos que se producen en el mundo, utilizando más de una cuarta parte (28%) de la superficie agrícola mundial, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Además, el desperdicio de alimentos también es responsable de entre el 8% y el 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero.
El informe advierte, además, que "este despilfarro tiene efectos devastadores tanto para el planeta como para las personas". Se calcula que en 2022 el 29,6% de la población mundial padecía inseguridad alimentaria moderada o grave, y hasta 783 millones de personas se veían afectadas por el hambre. De acuerdo con el reporte, reducir el desperdicio de alimentos "puede aumentar la disponibilidad de alimentos para quienes los necesitan".