En 1950, la población mundial se estimaba en unos 2.500 millones de personas. Alcanzó los 5.000 millones en 1987, y luego los 6.000 millones en 1999. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha elegido este 15 de noviembre como fecha simbólica para marcar el día en que el planeta albergará a 8.000 millones de habitantes. Aunque la población del mundo se ha triplicado con creces en los últimos 70 años, en gran parte debido a los avances médicos y a la mejora de la calidad de vida, ahora está creciendo a su ritmo anual más lento desde 1950, con una tasa de crecimiento anual que cayó por debajo del 1% en 2020. Por otra parte, desde 1960 hasta 2020, la esperanza de vida al nacer ha aumentado unos 20 años en todo el mundo (la media mundial actual es de 72,7 años) y la población está envejeciendo rápidamente. Según la ONU, la proporción de personas de 65 años o más aumentará del 10% en 2022 al 16% en 2050.
Según las proyecciones de la ONU, la población mundial alcanzará un máximo de unos 10.400 millones de habitantes en la década de 2080 y se mantendrá en ese nivel hasta 2100. Sin embargo, las opiniones de los investigadores distan mucho de ser unánimes. En un artículo publicado en The Lancet, por ejemplo, científicos de la Universidad de Washington cuestionan estas previsiones. Según la investigación, se espera que la población alcance su punto máximo en 2064, con 9.700 millones, y que a partir de entonces comience a descender. Para el año 2100, suponen que el planeta podría albergar entre 6.300 y 8.800 millones de personas, potencialmente menos que en 2022. Los investigadores aseguran que el ritmo de la disminución de la población estará relacionado con el alcance de los objetivos globales de desarrollo sostenible, incluyendo la educación de las mujeres y las niñas y el acceso a métodos anticonceptivos.