Además de la disminución de las tasas de fecundidad y la tendencia hacia familias más pequeñas, el aumento global de la esperanza de vida es el principal impulsor de la transición en curso hacia sociedades más envejecidas.
Según la División de Población de las Naciones Unidas, la esperanza de vida mundial al nacer aumentó de 46,5 años en 1950 a 71,7 años en 2022 y se espera que trepe a 77,3 para 2050. Sin embargo, quizás lo más importante a destacar es que la brecha mundial de esperanza de vida se está cerrando, con Asia y América Latina y el Caribe en particular haciendo un rápido progreso para ponerse al día con Europa y América del Norte.
Entre 1950 y 2000, la esperanza de vida en Asia aumentó en más de 25 años, reduciendo la brecha con América del Norte y Europa de más de 20 años a menos de 10 años. Para 2050, Asia podría tener una expectativa de vida de casi 80 años. África es la única región que se espera que esté detrás del resto del mundo en cuanto a la esperanza de vida para 2050.