Existe una enorme disparidad en la participación de los mayores de 65 años en la población activa de los distintos países de la OCDE. Según datos de la organización, Japón —que tiene la población más envejecida del mundo— y Corea del Sur son los lugares donde los mayores de 65 años constituyen entre el 13% y el 14% de la población activa. Por el contrario, en Europa, donde las sociedades envejecidas también son habituales, el número de personas que trabajan más allá de los 65 años es mucho menor, a pesar de que varios países están gradualmente retrasando la edad de la jubilación. La cifra oscila entre el 3,1% de la población activa en Alemania y sólo el 1,3% en España, dos países que tienen actualmente una edad mínima de jubilación en torno a los 66 años.
En Estados Unidos, en cambio, aunque la edad mínima de jubilación es de 62 años, la proporción de trabajadores de más edad es mayor, representando el 6,6% de la población activa, por encima de la de México. En el caso de países latinoamericanos como Chile, Colombia, Costa Rica o México, los porcentajes oscilan entre el 4 y el 5%.