Aunque el tren es uno de los medios de transporte menos contaminantes para viajar, volar suele ser mucho más barato (incluso en trayectos cortos). Precios que realmente no animan a elegir el tren y que van "a contracorriente de la emergencia climática y la necesidad de reducir las emisiones", denuncia Greenpeace, que publicó este mes un estudio sobre las diferencias de precio entre billetes de tren y avión, basado en el análisis de 112 rutas en Europa.
Como muestra nuestro gráfico, es en Reino Unido y España donde la diferencia de precio entre ambos medios de transporte es más marcada, siendo el billete de tren cuatro veces en promedio más caro que el billete de avión. En Francia y Bélgica, para el mismo trayecto, viajar en tren es de media 2,6 veces más caro que en avión. En los 16 países presentes en el gráfico, el ferrocarril era en promedio el doble de caro. Sólo un país es una excepción, Polonia, donde tomar el tren generalmente cuesta la mitad del precio de volar.
Las ventajas fiscales de las que disfruta el sector de las aerolíneas en Europa (por ejemplo, la exención del IVA sobre el querosén) son una de las razones por las que volar sigue siendo relativamente económico en comparación con otros modos de transporte.