Dado que muchos objetos de importancia cultural alcanzan sumas considerables en las subastas, no es de extrañar que el robo de bienes culturales sea un negocio en auge. En 2021 se denunciaron unos 23.000 robos de piezas en 74 países miembros de Interpol encuestados, según la última edición del informe anual Assessing Crimes Against Cultural Property (Evaluación de los delitos contra los bienes culturales). Como muestra nuestro gráfico, la mayoría de los robos se registraron en Europa, sede de famosos museos de arte e historia como el Louvre o el Reina Sofía.
Alrededor de 18.000 piezas desaparecidas, es decir, el 78% del total de robos registrados, fueron notificadas por las Oficinas Centrales Nacionales de Interpol en países europeos. Le sigue la región de Asia y el Pacífico Sur, donde el 40% de los artículos robados eran material de bibliotecas. Aunque muchos piensan en pinturas y esculturas cuando se trata de robos culturales, las colecciones de monedas también son objetivos lucrativos para los delincuentes: el 53% de los bienes robados en Europa y el 95% en África se clasificaron como artículos numismáticos.