El Canal de Panamá es una vía marítima artificial que lleva conectando los océanos Atlántico y Pacífico desde 1914. En sus más de 100 años de historia, esta obra de la ingeniería moderna de unos 82 kilómetros de largo ayuda a transportar más de 400 toneladas CP/SUAB anuales, convirtiéndolo en uno de los puntos de congestión marítimos más importantes del mundo.
Sin lugar a duda, el recurso más importante para el canal es el agua. Millones de litros de agua fresca son transportados a través de esclusas que permiten el tránsito simultáneo, tanto en dirección norte (hacia el Atlántico) como en dirección sur (hacia el Pacífico). El agua es alimentada desde los lagos Gatún, Alajuela y Miraflores, que a su vez dependen del agua de ríos y de lluvia. Debido a esto, las temporadas de sequía afectan de manera substancial el tránsito en el canal.
Como muestra nuestro gráfico, el tiempo de espera para poder transitar por el canal para buques que no tienen reserva aumentó considerablemente en agosto de 2023, cuando los busques tuvieron que esperar entre ocho y diez días en promedio para poder ingresar al canal. Esto se debe a la sequía que se ha reportado en la zona; y que ha empujado a las autoridades del canal a implementar restricciones en el tránsito para conservar el agua.
A pesar de que el tiempo de espera se ha reducido en meses recientes, las restricciones seguirán hasta el próximo año, ya que las anormales altas temperaturas, causadas por el fenómeno climático “El Niño”, seguirán perturbando los patrones de lluvia en la región.