Si se piensa en el mercado global del comercio electrónico de moda es imposible que una marca no venga a la cabeza de forma inmediata: Shein. Y es que la empresa china, fundada en 2008 como ZZKKO y centrada originalmente en la venta de vestidos de novia, se ha convertido en uno de los referentes de la industria. Eso sí, no fue hasta el cambio de imagen realizado en 2015 –momento en el que adoptó el nombre con el que se la conoce hoy en día-, cuando realmente empezó a despegar. Desde entonces, su
de forma continuada hasta 2022, logrando alcanzar los 100.000 millones de dólares estadounidenses, e incluso tras su descenso en 2023 sigue manteniéndose por encima de los 60.000. Este dato no sorprende si se considera que registró un incremento de más de 14 millones en su
hasta aproximarse a los 89 millones. ¿La razón? Shein se caracteriza por su compromiso con una oferta diversa, asequible y accesible para todos los públicos. Esto se traduce en ropa, calzado y accesorios disponibles en tallas a menudo olvidadas por las grandes firmas y a precios mucho más bajos que gran parte de sus competidores; algo que en un 2022 marcado por la elevada
ha sido enormemente valorado por los consumidores.
El éxito de Shein en cifras
Así pues, el
tráfico de su página web, shein.com, volvió a alcanzar niveles envidiables en 2023. Asimismo, la cantidad de descargas de su aplicación de compra online sobrepasó por primera vez el umbral de los 260 millones globalmente, triplicando las cifras logradas hace un lustro y dejando todavía más atrás los apenas 2,7 millones con los que finalizó 2015. Todo esto, como no podía ser de otra forma, tuvo un impacto positivo en el ámbito económico. En concreto, según las estimaciones más recientes,
Shein logró mejorar los ingresos generados en 2022 en casi 14 millones, cerrando el último ejercicio con unas ventas de 36.500 millones de dólares estadounidenses.
Ahora bien, en este reciente auge desempeñan un papel clave los
influencers, que compran prendas de vestir al por mayor en Shein para luego exhibir el contenido en redes sociales como Instagram o YouTube con la intención de atraer a los amantes de las últimas tendencias y ganar mayor
engagement. ¿El resultado? Una victoria tanto para los creadores como para la propia marca. A fin de cuentas, solo en
TikTok, los conocidos como
shopping hauls compartidos bajo la etiqueta #sheinhaul habían recibido ya cerca de 5.000 millones de visitas en todo el mundo a fecha de abril de 2022, coronando a la casa china de moda online como la reina indiscutible de la plataforma de microvídeo.
Los principales usuarios de Shein son...
Actualmente la cadena de ropa
low-cost vende sus creaciones en más de 220 países, pero ¿quiénes son los que más acuden a Shein? Desde un principio, su público objetivo han sido los jóvenes y, más concretamente, la
población de entre 18 y 34 años. Por dicho motivo, no llama la atención que sean precisamente los pertenecientes a dicho grupo de edad los que generan cerca de la mitad de su tráfico mensual en el mundo. Del mismo modo, tampoco lo hace que
siete de cada diez visitantes de la tienda online sean mujeres, sobre todo teniendo en cuenta el tipo de prenda que dio inicio al negocio y la exclusión de la ropa masculina en su primera ampliación de productos. En cuanto a los mercados donde goza de mayor alcance, Estados Unidos es uno de los países donde más se ha desarrollado, entre otras cosas, gracias a unos impuestos de importación relativamente flexibles. De hecho, se trata del
minorista de moda rápida más popular entre los consumidores de la nación norteamericana. Pese a ello, no fueron los estadounidenses
los que más veces descargaron la aplicación de Shein durante el pasado año. Dicha posición la ocuparon los brasileños, responsables de más de 53 millones de las descargas contabilizadas en 2023 a través de los diferentes sistemas operativos.
Las sombras detrás de la fama
Pero más allá de la fama indiscutible de la marca asiática, la realidad es que su ascenso a la cima no está exento de controversias debido a su falta de transparencia. En su portal no hay ninguna indicación sobre la ubicación de su sede física y, hasta el momento, no ha divulgado estados financieros oficiales. No solo eso, sino que tampoco facilita información sobre su cadena de suministro y sus condiciones de trabajo. Esta situación ha dado lugar a crecientes sospechas sobre las prácticas llevadas a cabo para lograr precios tan reducidos y aún así obtener beneficios, especialmente en una sociedad que cada vez impulsa más la
moda sostenible. Es más, en países como Reino Unido se aprobó recientemente una ley que exige a la firma publicar este tipo de datos, aunque, por ahora, se sigue mostrando reticente a dar dicho paso.
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